Escorpio enfadado: Algo se está cociendo

Cerramos la serie de enfados del zodiaco con nuestro odiadísimo y amadísimo Escorpio.

Comencemos elogiando el autocontrol de Escorpio hora de enfadarse. Es un portento ocultando cómo hierve de la indignación. Quizás, justo por debajo de Tauro y Capricornio, que son los campeones en esto.

Haces un comentario fuera de lugar o “se te escapa” una indirecta y los signos visibles del enfado escorpiano son muy sutiles:

  • Un ligero movimiento de cejas.
  • Mirada perdida hacia el horizonte.
  • Labios presionados más de lo usual.
  • Respiración lenta y audible por la nariz.
  • Silencio sepulcral.

Y poco más… No hay explosiones al estilo de Aries y Sagitario. Y, si las hubiera, no te ibas a enterar. Porque lo primero que hace el intenso Escorpio cuando está mega-enfadado es retirarse de la escena.

Se va por ahí a leer, a dormir, a meditar, a escuchar música, a llorar o a practicar sexo hasta que se ha calmado.

hirviendo

Mejor así. Escorpio sabe que, si se queda a discutir contigo, te ocasionará un trauma sacándote todos los trapos sucios que recuerde (que habitualmente son muchos).

¡No le sigas!

No sirve de nada que trates de aplacarle “in situ”. Si Escorpio no ha podido frenar su ira, ¿qué te hace pensar que vas a poder hacerlo tú, infeliz?

(Perdón. Estoy escribiendo esto con el veneno del escorpión en vena.)

Tampoco es el momento de disculparte. Y, mucho menos, es el momento de mostrar que tú también te has enfadado. Eso sería mortal.

¿Qué opción es la idónea? Retirarte tú también y, cuando el escorpión esté sereno, llegar de buenas maneras a solucionarlo.

Puedes mostrar humor, dulzura, cariño… Lo que quieras, por las buenas. Ahórrate los reproches y acusaciones, porque Escorpio sólo atiende a razones si lo tratas con buenos modos.

Ten en cuenta que, aunque Escorpio esté ya tranquilo, todavía falta un rato para que se le difumine el resentimiento (a veces, mucho rato). Y que, si dices algo inconveniente, el enfado podría avivarse de nuevo.

Sé sutil. Sé hábil. Porque, como te dé por confrontar a Escorpio o por meterle los dedos en la herida, difícil es que te libres de la temible venganza escorpiana.

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