Piscis es un dechado de virtudes. Es sensible, cariñoso, imaginativo, pacífico… En definitiva, acumula un sinfín de maravillosos dones, pero no por ello está exento de nuestras travesuras.
Hoy vamos a jugar a buscarle las cosquillas, enumerando algunas situaciones que le harían perder… no tanto la paciencia como el buen ánimo. Desquiciar a piscis es difícil por lo sacrificado que es. Sin embargo, vamos a probar. Aprovechemos su vulnerabilidad a las críticas, su propensión al despiste, su sensibilidad a flor de piel y su gusto por la buena vida, entre otras debilidades.
Si se te ocurre alguna trastada más, no dudes en sumarla a la lista. ¿Preparados?
- Dile que esos vaqueros le hacen el culillo gordo.
- Dile que con tus gafas nuevas puedes verlo desnudo.
- Refútale la existencia de Papa Noel, de los gnomos, las hadas y demás entidades mágicas.
- Regálale un poster desmotivador.
- Pasa la tarde haciendo números con él (sin que se distraiga).
- Si eres su pareja, pídele que plasme vuestro amor en una ecuación (si no es matemático, esto puede marearle mucho).
- Nombrarlo árbitro de un encuentro deportivo muy bronco sería una pasada…
- Convéncelo para ir a una exposición de su pintor favorito y luego lo llevas al boxeo.
- Róbale el sofá y el colchón.
- Llévatelo a correr 20 kilómetros a las 6 de la mañana.
- Prométele un beso si te pinta la casa y, cuando termine, le pones en los morros a tu perrita Fufú. (Le prometiste un beso, pero no tuyo.)
- Dile que te enamorarás de él cuando lo veas trabajar de policía antidisturbios.
- Invítalo a una ópera larguísima y dale un pisotón cada vez que entorne los ojos.
- No le quites ojo en el cine, cuando saque su pañuelo para secarse las lagrimillas de emoción.
- Regálale unos zapatos que le vengan muy justitos. (Pobrecillo. Los pies son su punto débil.)
- Dale pastelitos bien aderezados con pimienta y pregúntale si le gustan.
- Encárgale un poema donde describa con detalle la intervención quirúrgica del aumento de pechos.
- Después le dices que al poema le falta sentimiento.
- Oblígalo a trabajar de sol a sol. (Lo hará, pero quedará de un mustio…)
- Si además trabaja todo el día con una cuadrilla de obreros gritones y conflictivos, no es seguro que se reponga para el día siguiente.
Todo esto es una broma, ¿eh? Que nadie se meta con los buenos pescaditos.
Y a ti, piscis. Sé fuerte y no entres al trapo cuando intenten minarte la moral. 😉