No es nada nuevo que a los signos de agua y a los de fuego les cueste entenderse entre sí y, más todavía, construir una relación estrecha y duradera. (Tienen mucho mérito.)
Pero la cosa no es tan exagerada cuando los dos signos son vecinos, como Cáncer y Leo, o como los que hoy son protagonistas de nuestra historia: Aries y Piscis.
A ver, ¿cómo pueden armonizar el impulsivo guerrero Aries con el apacible y poético Piscis?
Aries y Piscis en el trabajo
En el trabajo todo va bien. ¿Aries quiere mandar? Pues, que mande. A Piscis no le importa mientras le dejen ir a su aire.
No es que Piscis rehúya siempre ese tipo de responsabilidades. Si tiene que hacerse cargo del timón, lo hace. Pero digamos que no es su prioridad, como lo es para Aries, a quien sí le gusta llevar la voz cantante.
Como aquí va cada uno a lo suyo, no suelen chocar demasiado.
Aries y Piscis como amigos
En las distancias más cortas, va cambiando un poco el panorama. La relación entre Aries y Piscis puede no cuajar, si el pescadito ve al carnero demasiado mandón.
Porque a Piscis, si le saturas con órdenes y presiones, se te escapa… como el pez que es.
Aunque cuando los vecinos se hacen amigos (y no se cumple lo anterior) los dos pueden pasarlo en grande juntos.
Sí, Aries es mucho más extrovertido que Piscis, quien necesita muchos ratos a solas para desconectar del mundo y su bullicio.
Pero, precisamente, por eso pueden conectar, cuando Aries le brinda a Piscis la ocasión de divertirse frenéticamente y Piscis a Aries, la diversión contemplativa.
En ocasiones, a los dos les hace falta lo que el otro puede brindarle. Con lo cual, ambos ganan.
Aries y Piscis en el amor
Y, en el amor, vamos rizando el rizo. Un poco más difícil… De un lado, tenemos a Aries, tan impulsivo, apasionado, osado y descaradamente directo: ¡Esto es lo que hay!
Del otro, al reservado Piscis, sensible, poético, intuitivo y misterioso.
El carnero, que no es tonto, y es quien suele tomar la iniciativa en estas cuestiones, va a ser quien persiga al pez, tan distinto y apetecible. Y, que su relación funcione o no, dependerá de las circunstancias en que se encuentren.
Lo deseable es que el ardiente Aries conquiste el corazón romántico y enigmático de Piscis. Pero no siempre se da. Muchas veces, porque el carnero (con esos bríos que lleva) asusta al pez y éste escapa.
Hay que tener en cuenta que Piscis suele ser muy ingenuo en estas lides (muy idealista y soñador) y se lleva infinidad de palos en su vida amorosa. Así que, por tal de no recibir uno más de esa oveja con cuernos, tan descarada, se retira en un visto y no visto.
Eso sí, como lo suyo salga adelante, ocurre como en el terreno de la amistad; también pueden aportarse mutuamente aquello que necesitan.
Para Aries, Piscis sería el refugio del guerrero. El pez, con su extraordinaria empatía, puede comprender a Aries mucho mejor que otros signos del zodiaco. Así, reconforta a Aries y le da todavía más fuerza de la que tiene.
¿Quién diría que Piscis puede ser el protector de Aries? Pues, ahí lo tienes. Y, no sólo eso, sino que el pescadito con sus buenos modos, logra además que Aries dulcifique ese tono agresivo de sargento (que le sale a veces) y que no sea tan egoísta (cuando es el caso).
Bonita “piscificación” de Aries, quien, por su parte, enseña a Piscis a transformar todos esos sueños que tiene en realidades tangibles, ¡pasando a la acción!
Qué mezcla tan provechosa para los dos, ¿no te parece?
Conclusión: Compatibilidad imprevisible, una vez más. Queda condicionada a que se encuentren en el momento oportuno y a que el uno esté dispuesto a aprender del otro y viceversa.
Gracias a Leslye por pedirnos esta compatibilidad.