Piscis y su empatía

Ser un signo de agua es desgastante. Hay que pagar un alto precio por la sensibilidad, la creatividad, la intuición y todo lo que conlleva ser un signo tan emocional.

Nuestro Piscis paga ese precio completo… y con intereses.

Hablamos de “nuestro” Piscis, el mega-sensible, porque todos los Piscis no son iguales. La intensidad con la que cada uno padece sus emociones varía según las demás influencias que reciba en su carta natal. Y, por supuesto, según su propio aprendizaje y el ambiente en que se desenvuelva.

En general, estamos ante un signo muy, muy sensible, a quien no sólo le afectan sus problemas. También hace suyos los problemas de aquellos que le rodean.

piscis

Cuando alguien le cuenta sus cosas a Piscis, éste no sólo escucha. Además, se pone en la piel de quien le habla. Y lo hace de manera natural, sin tener que proponérselo.

Con el tiempo casi todos desarrollamos mayor o menor grado de empatía. Pero Piscis es como si la llevara incorporada de fábrica: Trata de entender al prójimo; se impregna de sus preocupaciones, de sus emociones; y, además, se implica para ayudar en lo que pueda.

Esto puede tener consecuencias negativas para Piscis. Porque el pescadito no sólo da con buena gente. También atrae a consumados vampiros que se aprovechan de él/ella, al verlo tan sensible y receptivo.

El pescadito es abierto, comprensivo  y compasivo con todos, sin excepción. Y resulta que muchos sólo llegan a abusar de su bondad.

Otro regalito derivado de su empatía es el que Piscis encuentra cada vez que entra en un lugar y se impregna de la energía de la gente que está en el mismo. A todos nos pasa esto. La diferencia es que, en su caso, el impacto es mayor.

Imagínate lo que puede saturarse esta criatura… Unas veces, porque hace suyas las tribulaciones de quien le habla y otras, porque se “mancha” con las emociones del camino.

Ése es el precio de ser tan sensible.

¿Sugerencias? Quizás podría dedicar más tiempo a sí mismo (a sus propios problemas, intereses, hobbies), para no ser absorbido totalmente por los demás.

Y, desde luego, elegir muy bien en quién invertir su energía emocional. Habría de volcarse un poco más en la gente más importante de su vida y menos en esa gente que le estruja el alma (y lo que puede).

¿Qué le sugieres tú a “nuestro” Piscis y a todos los que sean así de sensibles ante las emociones de otros?

Imagen de Leo Reynolds