El amigo Leo

leoAhí llega el amigo Leo, carismático, magnético, cálido y generoso. Aparece, como el Sol, para dejarse admirar y querer.

Leo es alegre cual mañana de verano. Adora divertirse, jugar y recibir cumplidos. Qué importa que sean sinceros o no. Lo que Leo busca es captar la atención.

Y captarla, la capta. No le faltan admiradores ni detractores. Los junta en masa. Sin embargo, son pocos sus amigos de verdad. Pocos, pero buenos.

leo vanidosoEs a ellos a quien Leo les ofrece lo mejor de sí. Eso, sin dejar de ser dominante y, a ratos, cansino. Porque hasta el signo más divino del zodiaco tiene sus defectos.

Con quienes mejor sintoniza, cómo no, es con sus colegas de fuego: Aries y Sagitario. Los tres están cortados con la misma tijera.

Aries y Leo son muy mandones. Pero resuelven sus trifulcas rápidamente y siguen en buenos términos. Sagitario termina antes, porque no soporta que le mande ni su madre.

Quién sabe cómo lo hagan al final, siendo los tres tan fogosos. El caso es que se entienden muy bien.

Con su vecino Cáncer, Leo mantiene un vínculo de mutua admiración. Los dos son de corazón cálido y tremendamente protectores con las personas que aman.

Lo mismo pasa con el vecino Virgo. Los dos comparten el valor de la lealtad. Sólo por eso, Virgo deja pasar los momentos en los que Leo patina en la arrogancia.

Con los signos de aire, Leo también puede hacer buenas migas fácilmente. En los momentos críticos, Libra le da a Leo por su lado y Géminis se ríe o se va por peteneras.

El caso de Acuario (opuesto de Leo) es distinto. Se atraen mucho. Pero, como Leo se pase tocándole los bongos, Acuario se despega… y que lo aguante su padre.

La cosa comienza a complicarse con los signos de agua. Ahí está Escorpio, que no le aguanta ni el menor tonteo al vanidoso que va de astro rey del zodiaco. Y, Leo, si no hay parranda erótica de por medio, tampoco pone mucho afán en descifrar las espesuras del escorpión.

No es que su amistad no funcione, sino que tienen que esforzarse más para entenderse. Lo mismo que pasa con el otro acuático, Piscis. Leo le fastidia bastante con esa forma que tiene de decir las cosas: ¡Hala! ¡A bocajarro!

Para rematar, tenemos a los signos de tierra Capricornio y Tauro. Ninguno de los dos aguanta las consignas de Leo. Capricornio, porque para mandar ya está él/ella. Y Tauro porque, si hay que cambiar algo, con él/ella que no cuenten. ¡Lo que bien funciona, no hay que tocarlo!

Sí, sí… Leo tiene su puntito horroroso, como todo el mundo. Aunque trata de compensarlo cuidando con toda la fuerza de su noble corazón a las personas que ama. Entre ellas, sus privilegiados amigos.

Y los amigos, tan contentos, ¿o no? Ya lo dirás tú mismo/a:

¿Qué opinas de la amistad de Leo? ¿Es generoso y cálido… o su vanidad lo hace insufrible?