Todavía recordamos cuando se formó el revuelo de ofiuco y mucha gente se horrorizaba ante la idea de que le cambiaran el signo. Es comprensible, porque cuando uno se acostumbra a ser de un signo determinado asume esa identidad zodiacal, ¿no crees?
Pero hoy bajaremos la guardia y empatizaremos con nuestros vecinos del zodiaco. Los miraremos con amorosos ojos para ver que, al estar tan próximos, no hay tanta diferencia entre nosotros.
Ése es el plan. Falta saber si tú estás de acuerdo con la siguiente rueda:
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- Virgo es sólo un leo con pánico escénico.
- Libra es sólo un virgo que busca la relación perfecta.
- Escorpio es sólo un libra que quiere la relación perfecta exclusivamente para sí mismo.
- Sagitario es sólo un escorpio que quiere aprender y hablar de los misterios de la vida, en lugar de guardarlos en secreto.
- Capricornio es sólo un sagitario que usa lo que ha aprendido para hacer dinero.
- Acuario es un capricornio que decide derribar los muros de las empresas y las instituciones para repartir la riqueza.
- Piscis es un acuario que ya vive en ese mundo sin muros, al menos en su cabeza.
- Aries es un piscis que se harta de que todos vayan a lo suyo y coge su parte.
- Tauro es un aries que se cansa de tanto guerrear y prefiere sentarse a descansar.
- Géminis es un tauro que comienza a hablar por los codos y a levantarse una y otra vez.
- Cáncer es un géminis que prefiere hablar sólo de y con su familia.
- Leo es un cáncer que ya ha se ha cansado de hablar con la familia y sube al escenario para que lo escuchen a él.
No es tanto lo que nos diferencia, ¿verdad? Una buena razón para amar al prójimo (es decir, próximo) y no asustarse con la posibilidad de quedar adjudicado al signo vecino.
Esta rueda tan simpática ha salido de la cabeza de Joyce Mason, autor del blog The Radical Virgo.
